Despues de la paz, viene lo normal...

Han pasado ciertos días desde que los tiempos de paz vinieron en forma de nombre, en que se hizo nítido el reguero de los pasos que dejara esa persona en la arena...pero como todo es relativo e incierto, y nadie tiene resuelto el quedarse en un lugar por mucho tiempo, aquella persona del nombre de orígenes griegos ha partido hace ya algunos meses...

Ya de pronto he quedado cabizbajo, sin mirada alguna para el horizonte; debe ser que no pretendo que alguien mas llegue a encontrarme, la soledad ahora ha mimetizado con mi andar cojeado y mis palabras torpes...

Espero impaciente que la noche llegue, no quiero ver mas mi cuerpo adolorido de tanta esperanza que lo ha corrompido, por tanta felicidad que se creó, ahora tengo como dogma el castigo que sufre Sisifo en el Tartaro, ya no deseo pensar en alguna estrategia para seguir sobreviviendo...

Estrecho los ápices de la impaciencia en preguntas: ¿qué andarás haciendo ahora? ¿qué parte del mapa que imaginaste estarás ocupando? ¿qué sonrisa sencilla plantarás en ojos ajenos? ....que profunda raíz lleva este árbol de sentimiento triste....

Trazos escurridizos de un poeta que recita a soledades, a corazones funestos, al adiós en arrabal sin azucena, a hoteles construidos de melancolía; esas palabras de soneto van carcomiendo de a pocos la calma...y así sollozante recuerdo haberle escuchado decir:

Lo peor del amor cuando termina
son las habitaciones ventiladas,
el puré de reproches con sardina,
las golondrinas muertas en la almohada.

Lo malo del después son los despojos
que embalsaman el humo de los sueños,
los teléfonos que hablan con los ojos,
el sístole sin diástole sin dueño.

Lo mas ingrato es encalar la casa,
remendar las virtudes veniales,
condenar a la hoguera los archivos.

Lo peor del amor es cuando pasa,
cuando al punto final de los finales
no le quedan dos puntos suspensivos...

De Joaquin sabina - "Lo peor del amor"

...este parece ser el final del camino, deseo colgar el polvo de los zapatos en el armario del olvido, dejarme perder entre la naturaleza, quedarme sin latitud ni longitud, sin diástole ni sístole.