03 noviembre 2009

Pueda que suceda...

Pueda que suceda, en algún tiempo,
en algún lugar, en algún corazón.
Pueda que suceda, que la casualidad
se esté preparando para un encuentro
que ya tiene lugar en el mapa y tiempo fijo en el reloj.

Pueda que suceda que el tren de los recuerdos
ya partió, y quizás vuelva -¿quién pueda decirlo? -
solo aquella persona que piensa retroceder al tiempo por sentirse feliz,
o capaz la casualidad otra vez intervenga
en un reencuentro con el pasado...

Pueda que suceda, que la libertad del aire
sirva de señal para su llegada.
Pueda que suceda, que los pasos sobre la acera
signifiquen más si estuvieran acompañados por sus pasos.
Pueda que suceda, que la sonrisa juega con los recuerdos
y que el temblor de las manos
sea mas constante con el recuerdo de su tacto...
y ahora me veo, sentado como al comienzo de la historia
atado a los pies por la distancia del recuerdo
de haber pertenecido a una persona,
de haberle pisado los zapatos y ella a mí
para no alejarnos uno del otro, de reír y sonreír sobre los labios del atardecer...

-cierro los ojos al horizonte-

Pueda que suceda, que el tiempo ha girado en circulos
sin avanzar, y que la casualidad nos encontró
en este momento y en este corazón.

1 comentario:

A dijo...

Te deseo una entrada con buen pie en el 2010, y en cada pisada, mientras avanzas en tu camino, el mayor grado de dicha. Saludos, amigo.